martes, octubre 30, 2007

PAREADOS DE LA VIDA COTIDIANA

Cada vez que hago una cosa, me salta a la vista un pareado. Es una tarea cotidiana, sin gran importancia, y el verso es, como casi todos, simple y sin ingenio: dos nombres de acción que riman en -ón. Pero a pesar de la poca gracia del significante, algo en mí se regocija con el significado, como si uno hubiera sido tocado por la magia del universo para librarlo de una carga que pesa sobre sus semejantes. Y sonrío, complacido. Simultáneamente, no puedo evitar imaginarme la frase coreada como un eslogan de manifestación (sin sentido ninguno, dicho sea de paso). También vosotros podéis imaginarlo: una muchedumbre de personas caminando tras una pancarta y gritando como un solo hombre: ¡Esta operación/ no tiene comisión!

¿No habrá más pareados parecidos en la vida cotidiana? Ahí os dejo la pregunta.

miércoles, octubre 10, 2007

PRINGADO

El gran aliciente de mi trabajo es tener los viernes libres. Es un día laborable en que poder hacer la compra, gestiones, dentistas, peluquería, etc., sin consumir tiempo del fin de semana. Si esta semana el viernes es fiesta, ¿qué gracia tiene? Seré un pringado como cualquiera. ¡Mueran las fiestas que caen en viernes!

domingo, octubre 07, 2007

EL TRABAJO DE TRABAJAR

Dos amigos se encuentran después de un tiempo sin verse, y uno le pregunta al otro qué tal la vida, y éste... se lo cuenta:

- ¿Que qué tal la vida? Imagínate. Levántate todos los días a las seis y media, desayuna cualquier cosa para salir volando. Coge el metro que está hasta arriba, luego el cercanías, igual, llega a la obra. En invierno te pelas, en verano, te torras. A la hora de comer, abres la tartera a ver qué te ha puesto tu mujer y te encuentras patatas, como siempre. Luego otra vez al tajo. Cuando vuelves, te encuentras el tren igual de petado, pero encima todos oliendo a chotuno; y el metro, lo mismo. Llegas a tu casa queriendo descansar, y los niños venga a correr y a dar gritos, y cuando te sientas a cenar, te encuentras que tu mujer te pone ¡otra vez patatas!

El amigo se queda impresionado y le pregunta:

- Jolín, sí que tiene que ser duro. ¿Y cuánto tiempo llevas así?

A lo que el currante sufridor contesta:

- Empiezo mañana.




(Yo empecé el lunes).